Ellos mismos escribieron su CODI (Codigo de identificación) con el que después podrían identificarse a si mismos. La analogía de este termino viene como crítica a la suplantación de identidad que en muchos casos se apodera de nuestro nombre, de nuestro rostro por un número o código alfanumérico que nos aliena. Esta composición o distribución viene a recordarnos los "mariposarios" en los que se almacenaban las nuevas especies que se descubrian.


